Otra vez en verde; y van diez;
todos los semáforos en la última calle. En la radio suena su canción favorita,
y se deja llevar tarareándola. En su trabajo le acaban de ofrecer un ascenso, y
la camarera rubia del bar de la esquina le ha escrito su número de teléfono en
el tique de la comida.
Y pese a esa sensación extraña por
la que le parece estar escuchando como si alguien le gritase dentro de su
cabeza, y esa babilla incipiente en la comisura del labio, diría que es el
mejor día de su vida.
Hola Alfonso!!, ¿no te pareció dificil comenzar con ese "otra vez" tan abierto, tan sumamente abierto?.... Veo que pudiste enviar ese micro y lo aplaudo.
ResponderEliminarUn besazo.
Pues la verdad, Laura, es que no me fue fácil comenzar el relato con esa frase, pero me he propuesto intentar crear algo todas las semanas, y aunque no sea gran cosa, algo salió.
EliminarUn saludo.