Micro relato para ENTC. Prometo volver.

Os dejo el micro relato enviado al concurso del blog "esta noche te cuento" sobre el tema "Epitafios"

Si quereis leer el relato en la página del blog, podeis hacerlo en el siguiente enlace.

http://estanochetecuento.com/prometo-volver/



Prometo volver. 

Puede que no llegues a saber de estas líneas que casi no recuerdo haber escrito, pero da igual, ya que lo importante es el propósito que encierran. 

Cometí fallos, te descuidé, nos descuidamos, lo confieso; cada uno a su manera, cada uno en su mundo, y poco a poco, a años luz del otro. 

Entiendo tu desconcierto, tu resignación, e incluso puedo entender tu enfado durante nuestro distanciamiento, pero no entiendo la forma tan macabra con la que decidiste un día que ya no me necesitabas, que sobraba en tu vida, y que por lo tanto sobraba la mía. 

Apenas reparé en tus malas artes, y cuando al final lo supe, ya no tenía fuerzas para luchar contra tal castigo a tan poco pecado, y no pude más que dejarme ir, con la esperanza de poder volver, aun sin saber cómo. 

Quizá me encuentres de vuelta en forma etérea, entre el frio que te abrasará la piel en tu peor noche de pesadillas. O quizá en un reflejo perdido en el espejo, o en esa voz lejana que no podrás sacar de tu conciencia. 

Prometo volver, sea como sea, y ese día, si la muerte me lo permite, haré justicia. 


Micro relato para REC. De dioses y escribas.



¡Cuánta fuerza y qué poca puntería!, exclamó el pueblo griego ante semejante despliegue de despropósitos. 

Por suerte para Hefestos, quizás el menos honorable de los héroes del Olimpo, y que en su exacerbado empeño de acabar con el último de los titanes y recuperar su sitio junto a los dioses se llevó por delante gran parte de la acrópolis, aquel día contemplaba los hechos, pluma en mano, Liófetes, el más romántico de los escribas griegos.

En sus escritos se narra como Hefestos reconquistó la gloria de la mano de Afrodita, adjudicando cualquier daño colateral a un entonces incipiente cabeza de turco. 


Micro relato para REC. Testigo accidental.



-El bate, “Eso, bate”, se le resbalaba de las manos pringosas, y al final se le cayó junto al huerto de Doña Eustaquia, si, la de Don Paquito, que Dios la tenga en su gloria; murió el mes pasado, ¿sabe?, una desgracia; ¿o fue el año pasado?

-El caso es que Doña Engracia, la del pescadero, si, la de la calle de enfrente, dice que le vio coger una sandia gorda del sembrado de Don Enrique, pero oigan, con la cabeza dura que tenía el difunto pues no creo yo… ya me entiende. 

-Tiene mala cara agente. ¿Le pongo mas leche en su café?

-¿Leche?  Eso es lejía vieja loca.


Sin fronteras.

Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas que tanto trabajo le había costado memorizar desde su llegada.

Afortunadamente para él todo estaba ordenado alfabéticamente, incluyendo referencias directas a lo que ellos denominaban “sentidos”.

En el repaso a su archivo pasó rápidamente por la “t”, descartando cualquier patología cardiovascular. Analizó concienzudamente la letra “g”, achacándolo a reacciones molestas a la comida del lugar,  y acabó convenciéndose de que, pese a todos los indicios a favor, no encontraría su respuesta en la letra “l”.


En su informe omitió a propósito que su reacción a la convivencia periódica con aquella terrícola de pelo rizado siempre estuvo en la letra “a”.