No le des motivos.
A cada vuelta del tambor de la
lavadora, en el tic tac del reloj; en el primer rayo de sol o en el vapor del
pan al amanecer. Son detalles, y los detalles lo hacen girar.
-¿Girar el que?
-Todo Doctor.
-Recuerda algo más.
-Si Doctor. Me susurró que no
perdiera un instante, que abriera los ojos; y que no dejara de sentir; porque si
lo hacía, ella repararía en mí, y ese día, al darme la vuelta, nada de lo
vivido quedaría en mi recuerdo.
Problemas de agenda.
A cada vuelta del tambor de la
lavadora se le hace más tarde, y a esas alturas, ya sabe que tendrá que irse lo
más rápido posible.
Cuando por fin acaba, saca el
traje, lo sopla con fuerza hasta dejarlo seco y se enfunda en él mientras se
atusa ese rizo rebelde, para salir volando después a su entrevista con esa
periodista tan insistente como atractiva.