El libro.

Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa, comento Eva sin mirar al cliente. Laura escuchó con atención, sus dedos, aun con movimientos autómatas, rastreaban las páginas buscando puntos en relieve como en los tiempos en los que la oscuridad reinaba en sus ojos.
Me gustaría que este libro me lo cobrases tú, después de todo es el primero que compro aquí, le dijo.
Eva levanto la mirada al escuchar esas palabras, y escondiendo una lágrima recogió el libro que le tendía Laura.
A este invita la casa hermana. 

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